miércoles, 28 de marzo de 2012

Mañana haré huelga

Porque lo de la bondad y justicia del “mercado “libre”” es un cuento chino, en el sentido prácticamente literal de la palabra y en los dos sentidos principales de la expresión: es un cuento que haya ni vaya a haber “libre” mercado (en ninguno de los sentidos de la palabra “libre”, incluido el más pobre, que es precisamente el que tienen en la cabeza las cabezas vacías del libremercantilismo), sino que hay una dictadura pura y dura; y porque, si lo hubiese, sería casi tan malo o casi más malo que no habiéndolo (salvo si lo hubiese en el sentido correcto de “libre”, que es el que las vacías cabezas burguesas, esclavas como son del interés, no pueden apenas ni comprender);

porque el “especulador” (salvo que especule acerca de la existencia de las mentes), el “emprendedor” (salvo que emprenda un viaje o una aventura por la selva) y demás personajes que tienen como objeto social “producir riqueza” (es decir, obtener dinero) y que, a juicio de los mercados, son más valiosos que los maestros o los niños, son el tipo de personaje más inmoral y asqueroso de la sociedad, tanto en sí mismos como por lo contagiosa que es su enfermedad;

porque cuando los líderes mundiales de la democracia dicen que algo es inevitable es segurísimo que no lo es, es más, es segurísimo que merece la pena evitarlo y atacarlo;

y por ciento catorce razones más (más o menos), entre que las quizás no es la menor que la mayoría de los que me rodean no lo ven así o simplemente no lo ven.

4 comentarios:

  1. Suelo estar de acuerdo, en general, con tus planteamientos, pero esta vez hay algo que me rechina bastante. ¿Tú no produces riqueza?.. Lo quieras o no, yo creo que si.. Otra cosa distinta es que esa producción de riqueza genere condiciones igualitarias de vida. Saludos,

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  2. Antonio,
    viendo tu comentario y mi entrada, veo que me expliqué mal, y doy lugar a malentendido. Yo creo, efectivamente que todos (incluso yo) podemos producir riqueza y la producimos a menudo (eso sí, hay que definir antes "riqueza", porque no toda "producción" es verdadera riqueza -esta palabra tiene un snetido valorativo o axiológico positivo, e implica, por tanto, un establecimiento de valores-).
    A lo que quería referirme en el texto con "crear riqueza" (con comillas) es al tópico falso de que los empresarios son quienes crean riqueza. La sociedad, si nos atenemos a los precios que se pagan por cada actividad, los considera personajes muy valiosos (un miembro de las acampadas londinenses le preguntó a un banquero, que se prestó a entrevistarse con ellos, si él valía más que un maestro, o veinte veces más que sus empleados). Consiguen un poder social que, ni mucho menos, se corresponde con lo valioso de su labor. Y, desde luego, no son los "creadores de riqueza": su movil principal es, en general, lucrarse (quizás como todos, pero no son creadores de riqueza natos): la riqueza la crea todo el mundo. Espero dedicar una entrada a estos asuntos.
    Saludos

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  3. Ok, esta claro. Te estabas refiriendo al espécimen (empresarios, en su mayoría) que se autodefine, falazmente, como único creador de riqueza en la sociedad actúal. Y el injustificado poder social que de él se deriva. Ese si es un verdadero problema, también para mi , y no la generación de riqueza por si misma. Y parece que tu planteamiento es ese. La brevedad necesaria de los post influye, seguro, en interpretaciones erróneas y apresuradas como la mía.

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  4. Efectivamente, Antonio, ese era básicamente mi planteamiento, expresado precipitada y torpemente (porque me iba de huelga...). Por supuesto, la creación de riqueza es buena (eso por definición) y muchas cosas que producimos (pero no todas ni mucho menos) son riqueza. El asunto es qué papel juega en esa producción el empresario puro, o sea, aquel que ni siquiera necesita saber en qué consiste el producto ni por qué habría que considerarlo riqueza, sino que lo mira todo como el marchante mira el cuadro. Y, sin embargo, para justificar su poder social, argumetna que es el creador de riqueza. Vamos, como si los marchantes o, si se quiere, los mecenas, dijeran que son los verdaderos creadores de arte. De manera que no nos preguntemos de dónde tienen el poder que tienen.

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